martes, 14 de noviembre de 2017

Erasmus+ 2016 K103 ALEMANIA

Me llamo Juan Carlos Paz Delgado, y así comienza mi experiencia en el programa
Erasmus+.Al principio no creía que fuese a ir a un país extranjero, apliqué para el programa Eramus+ pensando que todavía quedaba mucho tiempo y que ya se vería. Después de hacer diversas pruebas de nivel, y alguna entrevista personal, conseguí la beca. Se me concedió la oportunidad de elegir destino, cosa que agradezco porque me dio la libertad de decidir donde empezar mi nueva vida, aprender una nueva cultura, nuevas reglas, nuevo idioma y conocer nuevas personas. Entre todos los países de Europa, elegí Alemania, es un país en el que nunca pensé que viviría pero que a día de hoy soy muy feliz de haber apostado por el. Nunca antes había vivido en un país distinto a España, ya sea por no tener la oportunidad o por tener miedo a lo desconocido, creo que a todos nos asaltan las dudas cuando tienes que defenderte en un entorno que no es el tuyo, así que me armé de valor e hice las maletas.
El 15 de Marzo de 2017 fue la fecha elegida para comenzar la aventura. Una vez en el aeropuerto me di cuenta de que no había marcha atrás, que no volvería a España en tres meses y que estaría totalmente a mi suerte, no conocía el idioma, pero tenía unas ganas tremendas de vivir la experiencia y de equivocarme cuantas veces fuese necesario, porque de eso trata, de aprender de nuestros errores.
Llegué con mi maleta cargado de ilusiones y de incertidumbre al aeropuerto internacional de Frankfurt, en la región de Hessen, después de 2,30 horas, estaba muy cansado debido a que la noche anterior apenas dormí pensando en qué me encontraría, una vez pude hacerme entender con mi alemán rudimentario, unos policías me indicaron amablemente la dirección a tomar hasta mi destino, Mainz Hauptbahnhof (Estación central de Mainz), en aquél entonces había roaming y yo no tenía datos activados, tardé como una hora en encontrar el camino puesto que nunca había estado allí, una vez llegué al piso y firmé el contrato de alquiler, todo escrito en alemán, me dispuse a descansar.
Después de recuperarme empecé a hacer todo el papeleo de registro en la ciudad llamado “Anmeldung”, para nosotros sería equiparable al empadronamiento, con esto y con el contrato de alquiler pude abrir una cuenta bancaria y comprar una tarjeta de móvil con número alemán, en cuestión de tres días ya tenía todo hecho y podía despreocuparme.
La semana siguiente empecé a trabajar en la empresa “ML Components” esta empresa se dedica a vender piezas y material obsoleto a empresas que no quieren gastarse millones en renovar toda la maquinaria, llegué y pregunté a la primera persona que vi para empezar el proceso de introducción a la empresa. Me dí cuenta de que mi afición por ver las películas en versión original había dado sus frutos, podía entender a la gente, pero cuando me disponía a hablar los primeros días era un horror, cometía muchos errores y me costaba muchísimo hablar inglés durante horas, no había elección, era hablar o estar al margen.
Cuando me presentaron a la gente del departamento de “IT”, Eoin, un irlandés, a Jubert un hindú, y a Vasilis un griego, me fascinó la multiculturalidad de la empresa y las posibilidades que me brindaba en cuestiones de aprendizaje. La primera semana estuve arreglando ordenadores puesto que no tenía tareas asignadas, estuve haciendo lo que se denomina “IT support” tareas de sistemas en argot informático, después de dicha semana me encargaron el primer proyecto, crear la web página web coordinando a dos personas  en Malta, donde la empresa también tiene sede.
Durante todo este periodo tenía que estar trabajando y creando mi proyecto final de curso, apenas tenía tiempo para nada, pero siempre había un momento para disfrutar con los compañeros, algunos de ellos como Pablo, un español de Zaragoza, al que considero como un hermano, y Marta, una italiana del sur que mas de una vez nos deleitaba con comidas increíbles, entre muchos otros.
Después de tres meses, me defendía para poder comprar perfectamente en alemán, hablaba en inglés con mis compañeros de trabajo, y me sentía plenamente integrado.
Después de este tiempo llegó el momento de volver, la experiencia Erasmus+ llegaba a su fin. Al coger el avión me despedía por unos días de Alemania puesto que mi marcha era solo momentánea.
Cuando llegué a Madrid parecía que el país se estaba derritiendo, temperaturas altísimas en comparación con Alemania, pero esto no empañó la ilusión de ver a mis compañeros de clase, amigos y familia, fue increíble poder contar todo lo que había visto y vivido en estos meses.
Una vez acabó todo, y tenía mi aprobado bajo el brazo, tocaba volver, y despedirse de los amigos, familiares y seres queridos con la promesa de volver algún día cuando todo fuese bien, cogí de nuevo mi maleta y un billete solo de ida, ya que mi intención era quedarme en mi país de acogida.

Actualmente, después de siete meses, de los cuales dos, los destiné a hacer cientos de entrevistas, test de conocimientos, empleando mucho tiempo y esfuerzo, conseguí un trabajo en Múnich, una ciudad al sur de Alemania en la región de Baviera, un sitio espectacular el cual será mi hogar por mucho tiempo. Si algo hay que destacar de toda esta historia es que todo esto no habría sido posible sin la oportunidad que la beca erasmus me brindó, sin duda la mejor experiencia de mi vida.
Erasmus+ 2016 K103 INGLATERRA



En esta carta vengo a expresar mi experiencia Erasmus.
En el primer año de curso, cuando tuvimos noticia, por primera vez, de la posibilidad de solicitar una beca Erasmus, recuerdo la sensación de una vaga ilusión a la que, de repente, me pregunté a mi misma: “¿Te imaginas unos meses en Londres ¿Y de Erasmus? Recuerdo una leve sonrisa en mi cara y a continuación me dije: ¿Por qué no?
Así que ese día llegué a casa y aquella idea de la Erasmus no paraba de rondarme la cabeza, hasta que finalmente me atreví a hacer la pregunta en casa: ¿Qué tal si solicito una beca Erasmus?
Tras oír opiniones de todo tipo decidí solicitarla, informarme a fondo, también del tema económico, sopesé las posibilidades, los pros y los contras y al final decidí ir a por todas.
Siempre tuve claro que quería Londres, puesto que aprender inglés era otro de mis objetivos. Ciertamente busqué en las plataformas de Erasmus pero piden un nivel de inglés medio-alto y mi prueba de nivel estaba en un A2. Así que me puse en contacto con toda la gente que conocía allí y mandaba cartas a empresas por mi cuenta. Afortunadamente encontré una empresa que estaba dispuesta a darme esa oportunidad.
Comienza el papeleo y ahora es momento de aprobar todo para que todo salga bien.
Llegué a Londres en marzo y todo fue bien. La ciudad te sorprende, te haces a ella rápido y es verdad aquello de “no te juntes con españoles”, si quieres aprender inglés.
En la calle no sueles tener problema para comunicarte con alguien, la dificultad quizá esté en el trabajo, puesto que tu supervisor quiere resultados. Pero en mi caso mi empresa me trató genial en todo momento, fueron pacientes y muy flexibles.
Encontré unas clases de inglés muy baratas, cerca de donde vivía para avanzar todo lo rápido posible, veía las noticias en casa y siempre en la calle llevaba la radio o música en inglés.
En el trabajo he aprendido a manejar Excel, Word, y multitud de programas en inglés y la jerga típica de la oficina.
Justo cuando empezaba a desarrollar más a fondo el listening era hora de volver a España.
Mi nivel de inglés, según la plataforma es ahora de un B1 y además tengo la sensación que ha sido muy provechoso a nivel formativo y también muy enriquecedor a nivel personal.

Por destacar algo negativo, es de mencionar los escasos recursos económicos que proporciona la beca y es de vital importancia disponer de un presupuesto bien estructurado y repartido a lo largo de toda la estancia en el extranjero.
Desde luego hay que ver la beca Erasmus como una oportunidad de crecimiento a nivel profesional y personal, una experiencia que te hará ver qué pasa por ahí fuera. Se trata de tomárselo como una inversión hacia uno mismo, dispuesto a salir de la zona de confort, con mucha ilusión y ganas tanto de aprender como de superarse a uno mismo.
Definitivamente vuelvo a Londres, me he quedado con ganas de seguir aprendiendo y la empresa donde hice las prácticas me ha hecho un contrato de trabajo.
Animo, a todos aquellos que se planteen vivir esta experiencia, que lleguen hasta el final!!
Espero y deseo que mi experiencia pueda ser de interés a otras personas.