Jomira Loor
CS Administración y Finanzas
Mi oportunidad de vivir la experiencia Erasmus llegó a
mi como un regalo, a pesar de no haberme atrevido a solicitar la beca durante
el primer curso, por “suerte” alguien renunció a su beca en 2º. Recuerdo que
fue una locura, llevaba varias semanas arrepintiéndome de no haberla solicitado
y cuando se presentaron en clase preguntando si alguien se atrevía a preparar
el viaje en menos de dos meses pensé “es ahora o nunca, si no lo haces te vas a
arrepentir” y tras consultarlo con la almohada acepte la beca al día siguiente.
Elegí Londres, ya que quería aprender inglés y no hay
mejor manera para conseguirlo que vivir tres meses en Inglaterra.
Al tener tan poco tiempo para preparar mi estancia y
buscar una empresa, todo ello con los exámenes finales encima, recibí ayuda de
mis profesores, que contactaron con empresas del sector. Así finalmente,
conseguí hacer una entrevista con una empresa de Londres dedicada a la
importación.
Conocí por Skype a la que sería mi tutora este tiempo,
Almudena Vega, que había sido alumna en el IES Mirasierra. La empresa es
pequeña, muy familiar y me hicieron sentirme siempre como una más. Me ayudaron
en lo que pudieron, como por ejemplo a financiarme la academia de inglés, pues
a pesar de tener un nivel B2, me costaba mucho comunicarme.
En esta oficina aprendí a usar diversos programas
contables en inglés, así como a reforzar mis conocimientos en Excel y multitud
de características de la importación y exportación, así como la venta a precio
abierto.
Al llegar a Londres me sentía cohibida y me costaba
hacer amigos. Hice un pequeño grupo de amigos que hacían también sus prácticas
en Londres con una beca Erasmus, pero todos éranos de habla hispana. Ya que
Londres es una ciudad “llena de españoles” y si realmente quieres aprender el
idioma necesitas pasar días enteros sin escuchar español y es realmente
complicado.
Como mi inglés no mejoraba, decidí unirme a un grupo
de WhatsApp de “Erasmus por Londres” en el cual había cerca de 250 personas
totalmente desconocidas, que de vez en cuando quedaban para tomar una cerveza o
hacer un picnic en Hyde Park. Así que un día me atreví a unirme a un picnic y
conocí a un pequeño grupo de 10 personas que había decidido ir. Poco a poco fui haciendo amigos de múltiples
nacionalidades y diferentes lenguas con los que necesariamente tenías que
hablar en inglés y reforzar el inglés.
Estos amigos me han ayudado mucho durante la estancia
en Londres, al principio te encuentras solo, pero poco a poco vas abriendo el
círculo de amistades y compartiendo momentos de risas, emoción y por ultimo
tristeza cuando toca despedirse. Todo ello con la certeza de que les volverás a
ver algún día y que tienes amigos sueltos por multitud de países que visitarás con
un guía turístico maravilloso que estará esperándote allí.